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CELEBRACIÓN DEL DÍA DE LA CONSTITUCIÓN

Estimada Directora, estimado Jefe de Estudios, estimados profesores y compañeros todos:

Hoy es un día que debe ser recordado y celebrado por todos. Hoy, aquí, en el colegio, como cada año, se organizan algunas actividades que nos ayudan a reflexionar sobre alguno de los múltiples aspectos por los que este día es grande para nosotros.

Día de la Constitución. ¿Somos conscientes, en verdad, de su importancia?

Quiero destacar uno de los mayores logros de nuestra Carta Magna. Reside en el artículo 14: “Todos los españoles son iguales ante la ley sin prevalecer la discriminación por su raza, sexo e ideologías…”. En una lectura rápida, es un rotundo no a la exclusión, a la diferencia de trato o a los prejuicios. Sin embargo, y aun siendo esto ya de por sí fundamental, creo que su significado va mucho más allá. Como decía Thomas Jefferson, «Igualdad de derechos para todos, privilegios para nadie».

Los políticos, o incluso el rey, deben de regirse por la ley; así se pone límites a un peligroso poder ilimitado. Los ricos tampoco escapan a esta condición, a pesar de que su poder adquisitivo y su falta de moralidad los conduzca a no dejar de intentarlo. Nosotros mismos hemos de ser conscientes de esta realidad. Además, que el documento más importante de un país se base en el pensamiento cristiano es una excelente garantía de éxito. En respuesta a la pregunta que le hacen a Jesús sobre cuál es el primero de los mandamientos, Jesús responde: «El primero es: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No existe otro mandamiento mayor que éstos». Y “este respeto de la persona humana supone el respeto de los derechos fundamentales que se derivan de la dignidad intrínseca de la persona”, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica.

También la influencia francesa, que ya desde la Revolución Francesa eliminó los distintivos sociales y cuya Constitución es la `primera de Europa, ayudó a la construcción de la nuestra, más detallada y con un número mayor que el de otras constituciones de artículos que velan por la defensa de los derechos humanos.

Por último, el hecho de que, actualmente, en muchos países no exista una democracia, aunque sea con sus imperfecciones, debe movernos a buscar soluciones a los enormes y terribles problemas que esto provoca: India, Afganistán, Corea del Norte, Venezuela, China, Chad, Eritrea, Somalia… En el Índice de Democracia que elabora cada año la Unidad de Inteligencia del grupo británico The Economist, el informe, que ofrece una visión general del estado de la democracia a nivel mundial, estudia a 167 países a partir de cinco criterios de análisis: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionamiento del Gobierno, participación política y cultura política. Creo que los resultados (solo 19 países tienen democracias plenas; 57, democracias defectuosas; 40, regímenes híbridos y 51 regímenes autoritarios) dejan patente la necesidad de nuestra implicación, de los que hemos conocido esta oportunidad de mejora y construcción de nuestro país para que pueda hacerse extensible a todos.

Quiero finalizar reiterando que, gracias a la Constitución, podemos hoy gozar de muchas libertades y que, de no ser por ella, España sería muy diferente. Quiero agradecer el durísimo trabajo de los que la hicieron posible. Quiero, en fin, defender el orgullo de ser españoles, artífices de una nación, que, como dice el Preámbulo de tan importante documento: tenga garantizada la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo; consolide un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular, proteja a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones; promueva el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida; establezca una sociedad democrática avanzada, y colabore en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.

Muchas gracias.

Pablo Casado  – 1º Bachillerato A